Cuando un viajero se aproxime a la población de Colta, en la provincia del Chimborazo, su itinerario de viaje debería ser flexible para introducir una parada en la iglesia que una vez fue considerada la más antigua de Sudamérica, pero que hoy permanece sin duda como la más añeja del país.
La costumbre de los visitantes de detenerse en este punto resulta coherente con esta construcción cuyos antecedentes se remontan hacia 1534, cuando en este sitio los conquistadores españoles construyeron un humilladero, es decir, un lugar de devoción en las entradas o salidas de los pueblos y junto a los caminos, con una cruz o imagen.
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